Optimizando la vida útil de tus tuberías enterradas: el papel fundamental de la inspección y la limpieza de las conducciones.

Optimizando la vida útil de tus tuberías enterradas: el papel fundamental de la inspección y la limpieza de las conducciones.

 La limpieza y el mantenimiento adecuado de las redes tanto de saneamiento como de agua potable, juega un papel crucial para garantizar la longevidad y el rendimiento óptimo de las infraestructuras subterráneas. En esta ocasión, exploramos el proceso de limpieza de tuberías y cómo esta práctica es un pilar fundamental para evitar atascos, roturas, pérdidas de caudal y otros problemas potenciales.

 Problemas habituales en las redes de saneamiento

Las redes de saneamiento se pueden ver afectadas por diferentes problemáticas, con distintos orígenes, que pueden dar lugar a que no estén transportando el agua correctamente.

Estos problemas pueden ser por el diseño o ejecución de la red (errores de cálculo, elección inadecuada del material, problemas de pendiente, falta de estanqueidad…), pero también por causas externas de la red (roturas por asentamientos del propio terreno, penetración de raíces de árboles asociado a la falta de estanqueidad, acumulación de residuos sólidos provenientes de alcantarillas, …) o por el propio uso (corrosión, deposiciones de sedimentos, incrustaciones, …)

Para recuperar la capacidad hidráulica de estas conducciones que presentan algún tipo de problema, es necesario hacer un mantenimiento, que requerirá de más o menos operaciones según el estado de la red.

 Inspección Inicial e Identificación de Problemas

Previo a un proceso de limpieza de tuberías enterradas, es necesario conocer el estado real de esa instalación. Para ello se realiza una inspección detallada utilizando cámaras y/o tecnologías de mapeo tridimensional, que nos dan una visión del interior de las conducciones, para identificar cualquier obstrucción, acumulación de residuos, sedimentos o daño en las tuberías.

La inspección determina las necesidades de intervención, los puntos exactos donde se encuentran los problemas y permiten definir qué tipo de limpieza se requiere.

Los sistemas de limpieza más habituales son:

·         El baldeo, consistente en aplicar agua en la instalación para que arrastre los residuos urbanos que puedan acumularse y no hayan sido arrastrados por falta de lluvias. Suele realizarse de forma periódica y preventiva, y de una forma más repetida en caso de periodos de escasa lluvia.

·         Sistemas hidrodinámicos, mediante sistemas de presión, de aspiración por vacío o mixtos de presión-aspiración. Especialmente recomendados para eliminación de lodos, incrustaciones, gravas… Es el sistema más recomendado en caso de obstrucciones y grandes pérdidas de caudal debido a los residuos, incrustaciones y/o lodos acumulados.

·         Sistemas mecánicos, mediante cepillos o cabezales de limpieza rotativos, que eliminan incrustaciones y residuos más ligeros (arena, grava)

 Al finalizar el proceso de limpieza, se realiza una verificación final mediante inspección visual, generalmente mediante cámaras de video (CCTV) para asegurar que el proceso se ha realizado correctamente y que la tubería está libre de obstrucciones y residuos.

 ¿Qué beneficios produce la limpieza de las tuberías?

·         Prevención de atascos y pérdidas de caudal: la limpieza regular evita la acumulación de depósitos y mantiene el flujo y el caudal hidráulico de la tubería

·         Reducción del riesgo de roturas y daños: la acumulación de residuos puede ejercer presión adicional sobre las tuberías, aumentando el riesgo de roturas y daños estructurales. La limpieza adecuada elimina estos factores de riesgo, contribuyendo a la integridad a largo plazo de las tuberías.

·         Optimización de la eficiencia hidráulica: las tuberías limpias permiten una eficiencia hidráulica óptima al garantizar que el agua fluya sin restricciones.

·         En resumen, alarga la vida útil de la red y evita problemas futuros

 Tras realizar estos procesos de limpieza e inspección tan necesarios en nuestras redes, pueden detectarse necesidades de actuación e intervención en las tuberías. Para ello, los sistemas de rehabilitación sin zanja y, más específicamente, el de manga curada in situ, nos permiten alargar la vida útil de las tuberías, sin incurrir en los costes y molestias que implicaría la sustitución de las tuberías.

De nuevo insistimos en la necesidad de realizar tareas de limpieza y mantenimiento preventivo, como medio para ahorrar costes de reparación o sustitución en caso de llegar a la rotura de las instalaciones enterradas.

Y a medida que avanzamos hacia el futuro, la innovación en técnicas de limpieza, mantenimiento y rehabilitación sin obra seguirán desempeñando un papel importantísimo en la optimización de las infraestructuras hidráulicas. El desarrollo e incorporación de tecnologías autónomas, de inteligencia artificial, realidad aumentada y de monitoreo en tiempo real permitirán un mejor mantenimiento y unas actuaciones en limpieza y rehabilitación más individualizadas y ajustadas a las necesidades específicas de cada sistema de tuberías.

En conclusión, las labores de mantenimiento en nuestras redes se hacen cada vez más necesarias y los mantenedores están cada vez más concienciados de que tienen que darle la importancia que representan. La limpieza de tuberías enterradas no solo es esencial para resolver problemas existentes, sino que también ayuda a detectar la necesidad de otro tipo de intervenciones, como por ejemplo la rehabilitación con manga continua de los conductos inspeccionados. Este tipo de operaciones desempeñan un papel preventivo crucial para evitar complicaciones y sobrecostes futuros.